Cada vez que ingerimos algún alimento, sólo pensamos en su sabor, su aroma y cuánto nos gusta.
Pero cada vez más, se hace imprescindible, que sepamos que nuestros alimentos además de ser sabrosos, tienen propiedades curativas o preventivas, para enfermedades que no estamos ajenos a contraer, nosotros o alguien de la familia.
Algunos ejemplos, para recordar o conocer:
Protegen del Cáncer:
AJO y CEBOLLA. El característico sabor que distingue a estos imprescindibles condimentos, viene de ciertos elementos químicos, llamados organosulfuros.
Son ellos, los que le dan su poder y los que aumentan el nivel de las enzimas que atacan potenciales tipos de cáncer.
Investigadores del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, en Nueva York, descubrieron que los elementos del ajo, pueden retrasar de manera significativa, el desarrollo de las células del cáncer de próstata.
El extracto de ajo, por otra parte, retrasa el crecimiento del cáncer de mama, colon y piel, en ratones.
SIN OLOR. El ajo, cocido, crudo o frito, agradece la compañía de peregil, para atenuar su olor y sabor.
Extraído de: ALIMENTOS que Sanan.
Por: Elisabeth Sosa.
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