Muchas especies de hongos, tienen comprobadas acciones terapéuticas: contribuyen a hacer descender el colesterol y nos protegen de los problemas cardíacos.
Los hongos crecen en medios acuáticos o en ambientes húmedos, y sus hábitats más comúnes, son los bosques y los prados.
El sombrero o parte superior, es la porción más carnosa y sabrosa del hongo, mientras que el pie o parte inferior, suele ser más fibroso. De acuerdo con estudios llevados a cabo con más de veinte especies comestibles, la composición nutricional de los hongos, es muy parecida a la de los vegetales.
Contienen más de un noventa por ciento de agua, proteínas, azúcares, grasas, carbohidratos, fibras, vitaminas ( sobretodo del grupo B), y sales minerales (en especial, fósforo y potasio).
El hongo además, tiene pocas calorías, carece de colesterol, incluye casi todos los aminoácidos esenciales y su relación sodio/potasio, lo hace ideal para los regímenes cardíacos.
Una advertencia: como la pared celular de los hongos, se compone de quitina y esta sustancia no es degradada por el metabolismo, si se consumen en grandes cantidades, pueden resultar indigestos para algunas personas.
Los hongos pueden incorporarse a la dieta, de muchas formas:
* Crudos, en ensaladas.
* A la plancha.
* Fritos en aceite o manteca, como guarnición de otras comidas como carnes y pescados. También, incorporados una salsa o a un guiso.
Cabe destacar, que muchas especies son conocidas por sus comprobadas acciones terapéuticas. Tal es el caso del Ganoderma licidum - apelado en Oriente, Reishi o el "hongo de la inmortalidad" - utilizado desde el año 200 a. de C.
Asimismo, está científicamente comprobado que los hongos, bajan el colesterol, e incluso se afirma, por experiencias de laboratorio, que algunos de ellos, son antitumorales.
Es el caso del Shii-take (Lectínula edodes), que ha empezado a cultivarse en algunos países de Sudamérica, y que suele conseguirse seco en los mercados orientales.
Si creías que los champignones no tenían ninguna virtud terapéutica, cambia de opinión. Por el contrario, son una elección muy saludable.
Fuente: Buena Salud.
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