viernes, 20 de febrero de 2015

El Calcio y la Pérdida de Peso.


El calcio es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Sin embargo, por algún extraño motivo, suele dejarse de lado a la hora de planificar una dieta para adelgazar.

Ahora, haremos un pequeño repaso de la importancia del calcio en nuestra dieta, más precisamente de las complicaciones que puede traernos el empezar con un régimen alimentario restringido (en particular, en el caso de aquellas personas que desean perder peso) en el que no tomemos en cuenta aportar a nuestro organismo las cantidades adecuadas del mismo, concentrándonos en cómo puede ayudarnos a perder peso y en combatir algunos mitos que se pueden generar en torno a la ingesta del calcio, en particular a través de la forma más común de consumirlo, que es, por supuesto, como parte de la leche y de los productos lácteos, los cuales suelen estar asociados con la idea de que son productos que engordan y que por lo tanto es mejor evitar cuando estamos tratando de perder peso.

El calcio es uno de los elementos químicos más comúnes, que no se encuentra en estado natural en forma libre, sino como un componente de otros compuestos. El calcio, es en particular, de los más comúnes de encontrar en cualquier suelo, especialmente en forma de mineral.
En el cuerpo, cumple funciones dentro de los huesos, siendo necesario para mantener los huesos fuertes. Una dieta con alto contenido de calcio previene la osteoporosis, además de ayudar a la pérdida de peso.
Calcio y Grasas.
Como dijimos, para mantener la salud y la fortaleza ósea, es vital el consumo de las cantidades correctas de calcio, como así también la realización de una actividad física adecuada.
Pero, además, e internándonos en el que probablemente sea el tema que más nos interesa, hay que ver la relación que se establece entre el calcio y las posibilidades de perder peso.
Después de todo, éste fue el motivo por el que empezamos la dieta, y poder cumplir con nuestras expectativas de adelgazamiento también es importante.
Las dietas ricas en calcio parecen estar tomando el centro de la escena y hay motivos lógicos para esto.
Muchos de los últimos estudios médicos en el área de la pérdida de peso nos demuestran que, en vez de ser contraproducente como se solía pensar, el consumo de calcio en la dieta, por el contrario, es también un factor fundamental y una herramienta muy útil a la hora de quemar grasas, además de que es una de las sustancias, que más pueden ayudarnos a la hora de reducir el volumen de grasa en nuestro cuerpo.
Hay algunas cosas que hay que tener en cuenta cuando empezamos una dieta. Principalmente, estar seguros de que el cambio en nuestra alimentación que estamos realizando, es favorable para nuestra salud. Que más allá de perder peso – el cual seguramente es nuestro objetivo primordial ( en los casos de los que estamos hablando, donde no estamos forzados por cuestiones médicas a mejorar la forma en que comemos) – también estamos manteniendo un balance correcto entre los diferentes nutrientes, vitaminas y minerales, y que no nos estamos arriesgando a un problema de salud por causa de la búsqueda de una pérdida de peso acelerada.
Es probable que no sepamos exactamente qué es lo que deberíamos consumir, pero para eso está nuestro médico, que nos puede ayudar. La consulta a un nutricionista es vital para esto. Él se puede asegurar de que todas las posibilidades están cubiertas y que no nos falta nada. Una dieta debe ser equilibrada y no decidida de forma azarosa

Falta de Calcio.                                                

Considerando lo que veníamos diciendo en el párrafo anterior, hay algo que debemos decir: muchas de las dietas más de moda, de las que ofrecen una pérdida de peso más rápida y sostenida pecan de una falla importante: tienen un muy bajo contenido de calcio.
Esto se basa en la premisa que ya mencionamos, de que los productos lácteos engordan. O sea, que parten de un error y por eso pueden tener consecuencias no deseadas en nuestro organismo. Nos referimos, por supuesto, a ciertos problemas de salud que acarrea la falta de nutrientes esenciales en nuestros huesos.
Inclusive, la falta de calcio es uno de los factores determinantes en el aumento de las posibilidades de contraer osteoporosis, una atrofia ósea caracterizada anatómicamente por el adelgazamiento de las trabéculas y de la corteza de los huesos, y un ensanchamiento del espacio medular de los mismos.
Esto genera, por supuesto, un debilitamiento de los huesos afectados, que reduce su resistencia, aumentando la posibilidad de roturas y lesiones óseas. Es una enfermedad que tiende a aparecer con la edad, pero que es muy favorecida por falta de calcio en los huesos.
Bien, como estábamos diciendo, muchas de las dietas más comúnes no proveen de suficiente calcio al cuerpo y agotan las reservas de nutrientes de los huesos. La pérdida ósea es difícil de recuperar, además, por lo cual es una buena idea no entrar, directamente, en esta espiral descendente.
Evidencia Científica.
Recientes investigaciones realizadas en EE.UU,demuestran que aquellos que – de forma constante y consistente – limitan lo que comen y las cantidades que comen para evitar subir de peso, pueden estar atacando la salud de sus huesos.
Esta investigación puso su foco principalmente en las costumbres alimentarias de la gente jóven que realiza dietas, y en aquellos que, por un motivo u otro ( ya sea por bajar de peso u por motivos de salud específicos) restringen lo que comen.
Los resultados fueron concluyentes, aunque difícilmente sorprendentes. El grupo de las personas con alimentación restringida tenía los indicadores más claros de falta de fuerza y salud en sus huesos: una baja densidad mineral y de contenido de minerales en los huesos. O, por lo menos, sus niveles eran mucho más bajos que los de aquellos en el grupo de control, grupo determinado por quienes no se cuidan en lo que comen.
Enplenitud.
Por tu salud!

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