Descubre acá, los beneficios del manganeso, y dónde puedes encontrarlo.
El manganeso interviene en los diferentes procesos metabólicos del organismo, y posee una acción importante sobre su estado general. Por ejemplo, contribuye a la respiración de las células y es fundamental, para el perfecto estado de los huesos. Es un metal esencial, que forma parte constituyente de ciertas enzimas y además, funciona como activador o "coenzima" de otras muchas enzimas , a las que ayuda a desarrollar sus funciones metabólicas , contribuyendo a acelerar las reacciones químicas del organismo.
Combustible para las funciones vitales.
* Contribuye a la respiración de las células, al estar presentes en el mitocondrio.
* Participa en la síntesis de los nutrientes; ayuda a que el organismo asimile y utilice las grasas, hidratos y proteínas.
* Interviene en la síntesis de la urea. Su nivel en el organismo, es el principal indicador de la acetona, que delata que el riñón, no funciona bien.
* Estimula la producción de anticuerpos, protege el sistema natural que defiende al organismo de las infecciones.
* Ayuda en la formación de los huesos y cartílagos.
* Perfecciona la utilización de diversas vitaminas, sobre todo: B1, B4, B8 y C.
* Es necesario, para la producción de las hormonas tiroideas y de las hormonas sexuales.
* Es fundamental en la producción del colesterol y la insulina.
* Mejora la función digestiva.
* Potencia el mecanismo de activación de la energía.
* Es importante para la reproducción y el normal funcionamiento del sistema nervioso.
¿ Dónde encontrarlo?
La principal fuente de manganeso, son los vegetales. Dentro de ellos, se encuentra sobre todo, en las hortalizas verdes ( es esencial para su fotosíntesis, y lo acumulan en sus semillas), fruta fresca, frutos secos ( avellanas, almendras, maníes), cereales integrales ( su refinado los priva de una gran cantidad de vitaminas y minerales, entre ellos, el manganeso), legumbres, cacao y té.
Los alimentos de orígen animal (carne, pescado, huevos) son muy pobres en este mineral.
¡ Ojo! Algunos alimentos, reducen su absorción.
Algunos hábitos alimenticios, pueden reducir su absorción. una dieta muy rica en almidones y otros carbohidratos; una ingestión prolongada de antiácidos; el consumo excesivo de laxantes (sobretodo si contienen magnesio); y de determinados minerales: calcio (leche y derivados), fósforo ( pescado, pomelos, carne bovina, huevos, frutos secos, y cereales integrales), magnesio ( salvado, chocolate, arroz integral, higos secos), y el hierro ( carne roja, espinacas, yema de huevo, y nueces).
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